El duelo infantil es algo que hay que tratar con especial cuidado, porque los niños no tienen la misma capacidad que los adultos para entender la muerte y sus consecuencias. En estos casos, es importante saber cómo transmitir el mensaje y dar tiempo a los más pequeños para asimilar la pérdida.
¿Cómo es el proceso de duelo en los niños?
El proceso de duelo en los niños es una respuesta emocional y psicológica natural ante la pérdida de un ser querido, ya sea un familiar cercano, una mascota o alguien significativo en su vida. Aunque cada niño experimenta el duelo de manera única, existen patrones comunes en su proceso. Inicialmente, muchos niños pueden mostrar negación o incredulidad ante la pérdida, especialmente si no comprenden completamente el concepto de la muerte. Con el tiempo, pueden manifestar emociones como tristeza, enojo, miedo o confusión.
Algunos niños pueden retirarse o buscar consuelo en momentos de soledad, mientras que otros pueden necesitar más apoyo y hablar sobre sus sentimientos. Es esencial que los adultos que rodean al niño sean comprensivos, pacientes y estén disponibles para escuchar y responder a sus preguntas buscando que sean honestos.
¿Cuánto tiempo dura el duelo en niños?
La duración del duelo en niños puede variar significativamente dependiendo de diversos factores, como la naturaleza de la pérdida, la relación con la persona fallecida y las habilidades emocionales del niño. Algunos niños pueden mostrar una rápida adaptación y aceptación de la pérdida, lo que les permite retomar sus actividades cotidianas en un período relativamente corto, que podría ser semanas o meses.
Mientras tanto, otros pequeños pueden pasar un duelo más profundo y por ende más prolongado, que puede extenderse durante varios meses o incluso años, especialmente si la relación con el ser querido era especialmente estrecha o si la pérdida fue especialmente traumática. No se puede decir con exactitud el tiempo del luto para un niño, pero si se le puede apoyar en todo momento.
Cómo comunicar a un niño la muerte de un ser querido
La noticia debe ser transmitida por una persona cercana y de su máxima confianza. Generalmente, serán la madre o el padre. Si estos no estuvieran, la responsabilidad recaería sobre abuelos, tíos o allegados más cercanos.
Es importante elegir bien el momento y utilizar un lenguaje que sea directo y sencillo, prescindiendo de eufemismos. En todo caso, el mensaje debe estar adaptado a la edad y el nivel de comprensión de los niños.
Es habitual que esta situación genere una serie de dudas en los pequeños. Preguntas que hay que intentar responder con sinceridad y paciencia.
El duelo en los niños es diferente al de los adultos y estos pueden reaccionar de formas muy diferentes ante la noticia de la pérdida de un ser querido. En cualquier caso, hay que validar sus emociones sin importar cuáles sean y asegurarles que es normal sentirse así.
Por supuesto, hay que ofrecer consuelo y apoyo. Haciéndole ver al niño que el adulto va a estar a su lado en todo momento.
Consejos para ayudarles a afrontar el duelo
Apoyarles en su expresión emocional
El duelo infantil no se manifiesta como el de los adultos porque es posible que los niños no encuentren en su vocabulario palabras que definan cómo se encuentran. De hecho, en estos momentos están experimentando sensaciones que posiblemente no conocieran con anterioridad.
Una buena forma de ayudarles a expresar su pena y sanar es animarlos a hacer actividades creativas como escribir, dibujar o incluso actuar. Esta es una excelente forma de canalizar los sentimientos de una forma saludable.
Mantener la rutina
En la medida en que esto sea posible, es importante que la rutina de los niños se mantenga lo más estable posible. Esto les aporta una sensación de normalidad que contribuye a que se sientan mucho más seguros en un entorno que ha cambiado.
Fomentar el recuerdo
El duelo en niños no implica olvidarse de la persona que ha fallecido. Pasados los primeros momentos de dolor, es bueno ayudar a los pequeños a mantener viva su memoria y fomentar el recuerdo o hacer algo en honor a ese ser querido que ya no está.
Ofrecer consuelo físico
Incluso los niños que no son demasiado dados al afecto físico, pueden requerirlo más durante la etapa de duelo, y hay que ofrecérselo. Es normal que se muestren más cariñosos y quieran ser abrazados, o incluso que los cojan en brazos si son todavía pequeños. Con estos gestos están buscando consuelo y seguridad, por lo que no hay que dudar en ofrecerles ese cariño que necesitan.
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El duelo infantil es un momento especialmente delicado que hay que saber gestionar muy bien. Una forma de empezar a tratarlo es con una despedida adecuada a esa persona que ha fallecido, y unas bonitas flores son siempre una buena alternativa. Si necesitas ayuda con ellas, estamos a tu disposición.