Seguro que cuando oímos la palabra “testamento vital” se nos viene a la cabeza qué queremos hacer con nuestros bienes el día que faltemos. Sin embargo, el término testamento vital es aquel documento que hace una persona para disponer cómo desea que sean tratados sus días finales, así como qué quiere que hagan con su cuerpo una vez que fallezca.
En este post vamos a explicar distintos factores relacionados con el testamento vital, como en qué consiste, qué debe incluir o cómo se debe redactar. En Flores Tanatorio queremos ayudaros en estos momentos tan duros.
Qué es un testamento vital
El testamento final es el que se conoce como Documento de Instrucciones Previas o Testamento de Voluntades Anticipadas. A través de él, la persona deja por escrito cuál es la voluntad en torno a los tratamientos médicos que va a recibir o qué quiere que se haga con su cuerpo en el momento del fallecimiento.
Este documento es de suma importancia tanto para los familiares como para los profesionales sanitarios, ya que marcará la pauta de la asistencia que el paciente recibirá en sus últimos días, exonerándolos de cualquier responsabilidad ante la justicia. Es importante recordar que está prohibido incluir cualquier asunto contrario a la Ley, a la ética o al criterio de los médicos que traten al paciente.
Qué debe incluir un testamento vital
Aparte de lo ya mencionado anteriormente, el testamento vital también debe recoger los deseos relativos a los cuidados médicos, si quiere o no donar sus órganos o si prefiere ser incinerado o enterrado. También sirve para autorizar a una persona para interpretar y supervisar las indicaciones contenidas en el documento.
Cómo redactar el documento del testamento vital
Como ocurre con cualquier tipo de documento oficial, el testamento vital debe incluir una serie de datos personales, como nombre, apellidos, dirección y DNI. Además, es imprescindible facilitar la constatación de su identidad.
El documento debe hacer alusión a las capacidades psicofísicas de la persona en el momento de su redacción, estando en sus plenas facultades.
También debe indicarse cómo desea que sea la atención médica en caso de deterioro físico o mental. Se puede realizar una lista de supuestos que contemple distintas situaciones posibles, con instrucciones asociadas a cada una. Este listado es muy común entre personas que padecen cáncer o enfermedades neurodegenerativas.
Otro de los apartados que debe formar este documento hace referencia a la persona que actuará como representante, velando por el buen cumplimiento de todas las especificaciones dadas por la persona firmante.
Por último, debe recogerse la exoneración de los profesionales que le atienden ante cualquier responsabilidad civil o penal, siempre que se esté respetando la voluntad.
Cuánto tiempo tiene de validez
El testamento vital tiene validez desde el mismo momento en el que se otorga o firma. Sin embargo, también es necesario que esté inscrito en un Registro público. De esta forma, un médico podrá consultar las voluntades y aplicarlas.
Respecto al marco legislativo en torno al testamento vital encontramos la Ley 14 de 2002, que regula la autonomía del paciente, así como sus derechos y obligaciones; el Real Decreto 124 de 2007, que regula el Registro Nacional de Instrucciones Previas; y las normativas legales de las Comunidades Autónomas.
En caso de cualquier duda, se puede consultar cualquiera de estos documentos antes de acudir a una notaría.
Cuánto cuesta un testamento vital
Hoy en día existen distintas formas de tramitar un testamento vital. Podemos hacerlo de manera online en empresas de abogados o en notarías, y el precio de ambos ronda los 150€ más IVA, aproximadamente.
El servicio puede incluir un análisis de la situación, un asesoramiento profesional del experto, los gastos de la notaría, las copias o los desplazamientos, entre otros aspectos.
En definitiva, el precio final va a depender tanto de los servicios requeridos como de las tarifas que se aplican en la provincia de residencia.
Se puede modificar
La respuesta es sí. Un testamento vital se puede modificar y anular cuantas veces lo desee la persona firmante. También se puede redactar un documento nuevo y volver a depositarlo.
Sin embargo, es muy importante asegurarse de que quedan destruidas todas las copias anteriores, especialmente cuando se hace ante testigos que puedan quedarse con una de ellas.
