Cuando un allegado fallece fuera de su país de residencia o de origen, se puede dar una situación confusa y complicada, algo muy frecuente en personas emigrantes. En este caso, existe la opción de la repatriación funeraria, un proceso que suele resultar desconocido para la mayoría. ¿Qué es y cómo se tramita? ¿Y cuánto cuesta la repatriación funeraria?
Qué es la repatriación funeraria
La repatriación funeraria es el hecho de trasladar a una persona fallecida a su país de origen. Las empresas funerarias son las que se encargan de realizar todos los trámites administrativos, actuando como enlace con la embajada del país, el Ministerio correspondiente, los medios de transporte y los oficiales forenses.
Existen dos opciones, por una parte se puede repatriar el cuerpo para ser enterrado o incinerado en el país de origen, o bien repatriar las cenizas. La repatriación la pueden solicitar los familiares desde otro país para recibir los restos de su ser querido, o bien enviarlo fuera para que reposen en su lugar de origen.
Cómo se tramita la repatriación de un cuerpo
Los pasos que siguen las empresas funerarias para realizar las repatriaciones son las mismas que para los traslados nacionales, con la diferencia de que en este caso los trámites se hacen también con Sanidad Exterior. Además se tienen que solicitar documentos en ambos estados (el de origen y el de destino), que han de conceder la autorización para la repatriación, sin la cual no podría realizarse el proceso legalmente.
El traslado se hace normalmente por avión, aunque dentro de Europa se pueden hacer también por carretera. El tren, por su parte, no está permitido. Lo habitual es contratar un flete, ya que no todas las aerolíneas admiten este tipo de carga, así que a menudo, los consulados tienen acuerdos para fletar vuelos especiales. Para tramitar la repatriación de un cuerpo hay que seguir los siguientes pasos:
Notificar el fallecimiento y prepara documentación
Tras notificar el fallecimiento a las autoridades hay que recopilar la documentación necesaria: certificado de defunción, permiso para la repatriación, notificación a la funeraria de destino y pasaporte del fallecido.
Transporte del difunto
Organización del transporte desde el aeropuerto. Por lo general acude un coche fúnebre o una ambulancia privada. Si los documentos han sido emitidos en otro idioma, hay que encargar su traducción antes de entregarlos al forense local.
Revisión de los documentos
El forense revisará la documentación y, según cada caso, decidirá si se requiere una investigación o una autopsia, o si se puede proceder directamente a su entierro o cremación.
Organización del funeral
Los arreglos del funeral pueden comenzar a hacerse antes de que se inicie el proceso de repatriación gracias a la mediación de la funeraria.
Cuánto cuesta la repatriación funeraria
Los costes de una repatriación funeraria son muy variables y dependen de los kilómetros de distancia, el país del fallecimiento y el medio de transporte que se utilice. Otros detalles como el tipo de urna o ataúd que se escoja, que además tienen que estar sellado herméticamente, pueden incrementar el precio. De forma muy orientativa, el coste de repatriar un cuerpo puede rondar los 3000 euros. Si la persona se encontraba de viaje o de vacaciones cuando falleció, hay que comprobar si tenía seguro de viaje y si su póliza cubre estos costes. En ciertos casos, el Ministerio de Asuntos Exteriores ofrece ayudas para la repatriación funeraria.
En cualquier caso, las empresas funerarias se encargan de todos los trámites necesarios para liberar a la familia de un proceso administrativo que puede resultar un poco tedioso, especialmente en momentos tan delicados.
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