Aunque la pérdida de un familiar o amigo es un momento doloroso, tendremos que dedicar un tiempo a realizar los trámites tras el fallecimiento. Para ello, vamos a dejar una guía de todo lo que es necesario saber al respecto.
Obtener el certificado de defunción:
Este es el primer y más crucial paso. Un médico debe confirmar el fallecimiento y expedir un certificado de defunción oficial, el certificado de defunción es un documento oficial en el que se acredita la causa de la muerte. Este documento es necesario para realizar cualquier trámite posterior, incluido el entierro o la incineración.
Inscripción de la defunción en el Registro Civil
Dentro de las 24 horas después del fallecimiento, hay que presentar en el Registro Civil el Certificado Médico de Defunción, así como el DNI del fallecido.
Si la muerte se ha producido en un hospital, ellos realizan el trámite telemáticamente. En caso contrario deberán realizarlo sus allegados.
Este trámite es importante porque con ello se expide la licencia de enterramiento.
Revisar los deseos del fallecido:
Si el fallecido dejó instrucciones sobre cómo quería que se realizara su entierro (por ejemplo, si deseaba ser enterrado o cremado, el tipo de ceremonia, lugar del entierro, etc.), es importante respetar esos deseos. Esta información puede estar en un testamento o haber sido comunicada verbalmente a algún familiar.
Contactar con una funeraria:
Una vez que tengas el certificado de defunción, debes comunicarte con una funeraria, pero muy importante, comprobar primero si el difunto dispone de un seguro de decesos y en qué condiciones, así evitaremos posibles sorpresas.
Al comunicar el fallecimiento, un agente se desplaza al lugar donde se haya producido el óbito o el cual nosotros le indiquemos. Como hemos apuntado anteriormente, es fundamental contar con el correspondiente certificado de defunción, pues de lo contrario el personal de la funeraria no podrá tocar el cuerpo.
Una vez reunidos con el agente de la funeraria, este nos informará de las distintas opciones que tenemos sobre el velatorio, el entierro o incineración y procederemos a la contratación de servicios como las flores fúnebres, el ataúd o la urna para las cenizas.
Concertados los servicios, llega el momento de trasladar el cuerpo al tanatorio o lugar de velatorio; en el tiempo que media entre el traslado y el entierro, la funeraria se encargará de realizar todas las gestiones con el cementerio y de que la familia se sienta apoyada y bien atendida en todo momento.
Contactar con familiares y amigos
Algo también muy importante es el comunicar el fallecimiento a familiares y amigos, obviamente todos ellos querrán despedirse del difunto.
Tras haber avisado a los familiares más cercanos, intenta en la medida de lo posible avisar a continuación a los que viven fuera de la ciudad del fallecido, así dispondrán de más tiempo para desplazarse.
Recuerda informarles del tanatorio y la sala donde se velará al difunto, la fecha y hora del entierro o incineración.