La palabra “responso” proviene del sustantivo latino “responsum” y significa “respuesta”. En la religión católica, se llama responso a la oración por los difuntos que se realiza en cualquiera de los diferentes momentos en que se esté velando al finado entre el fallecimiento y el entierro o cremación.
La pérdida de un ser querido, compañero de trabajo o alguien que estuvo con nosotros por mucho tiempo, requiere despedirlo de la mejor manera. Nuestras coronas funerarias son excelentes opciones para dar el último adiós a esa persona que hoy «se nos adelantó».
El objetivo es acompañar y ofrecer consuelo a la familia y seres queridos del difunto. Si necesitas enviar Flores para tanatorio San Isidro o Floristeria tanatorio M30 puedes contar con nuestro experiencia de más de 40 años.
¿Quién realiza el responso?
Un responso, en principio, debe ser realizado por:
- Sacerdotes católicos.
- Diáconos ordenados por la Iglesia.
- Ministros autorizados de forma extraordinaria por la autoridad eclesiástica.
Los laicos también podrán dirigirse a los presentes en el responso con sus propias palabras, es decir, sin el uso de oraciones canónicas, desde el respeto y el cariño. Es habitual que familiares muy cercanos y amigos íntimos digan unas emocionadas palabras en recuerdo del ser querido que se ha ido.
¿Cómo se realiza un responso?
Puede iniciarse con una oración colectiva del Santo Rosario, según el deseo de los familiares más allegados. A continuación se pasaría a la “Liturgia de las horas”, también conocida como “Oficio de difuntos”.
La liturgia comenzaría santiguándonos con la señal de la cruz para luego desarrollarse en los siguientes pasos:
- Monición: introducción al acto religioso con un texto breve.
- Oración colecta: realizada por el sacerdote, diácono o ministro, en nombre de la comunidad cristiana.
- Lectura de la Palabra de Dios: mensajes bíblicos que bien pueden ser leídos por el representante de la Iglesia o por algún allegado del difunto.
- Oración de los fieles: conocida también como oración universal, realizada por el sacerdote y respondida por los fieles presentes. Por ejemplo: “Señor, ten piedad” es respondido con un colectivo “te rogamos, óyenos”.
- Responso final: en el que ya se hablará del fallecido de una forma más personal, incidiendo en todas las buenas obras que ha realizado en este mundo, en todo el amor que se lleva y en el recuerdo permanente que deja en el corazón de quienes le amaron.
¿Dónde se hace el responso?
El responso no debe confundirse con la misa oficial por la salvación del alma del finado. Este acto puede realizarse en el domicilio familiar, durante el velatorio o en el momento del entierro, siempre contando con la expresa aprobación o deseo de la familia del difunto.
Cuando son realizados en velatorios o entierros, es habitual que el féretro esté rodeado de los centros, ramos y flores que los asistentes han enviado en señal de respeto y cariño. Es por eso muy conveniente que en el responso se incluyan algunas palabras de agradecimiento a todos quienes han expresado su pésame y condolencias en forma de flores.
La tradición de ofrendas florales a entierros y velatorios se remonta a la Antigüedad, y posiblemente a tiempos prehistóricos. Es una forma de despedir a los seres queridos depositando ante ellos lo más bello de este mundo para que los acompañe en su tránsito hacia una nueva y mejor vida. La forma redonda de las coronas funerarias simbolizan el ciclo de una vida que nunca se acaba.
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